Si quieres saber por qué se lo denomina así, te invito a que leas en el siguiente enlace: DOMINGO GAUDETE
De todos modos, para continuar con lo que habíamos prometido, tienes aquí otro texto de cómo vivían los santos este tiempo de Adviento.
Hoy tenemos al querido HERMANO RAFAEL (San Rafael Arnáiz Barón).
El
Hermano Rafael nos ayuda a vivir el Adviento encendidos en el amor a
Dios. Vemos que esa es la actitud del alma enamorada: AMOR
IMPACIENTE, DESEO ARDIENTE DE QUE LLEGUE EL SEÑOR, HUMILDAD CONFIADA
EN SU VENIDA, ANSIAS DE ENTREGA TOTAL, DESPRENDIMIENTO DE TODO POR
AMOR A DIOS.
Carta
a su tía María, Duquesa de Maqueda desde Oviedo, 4 de diciembre de
1935 (tenía 24 años).
“El
día 8, si Dios quiere, renovaremos nuestro ofrecimiento al Señor de
todo lo que somos…, de todo lo que tenemos… Le volveremos a
ofrecer las flores del camino…
Te
mando este dibujo que he hecho yo para que te acuerdes… No vale
nada, no está todo lo bien que yo quisiera…, pero es el resumen
de toda esta temporada; para mi por lo menos… Sigamos adelante, sin
mirar a los lados, desnudos de todo y sin mirarnos a nosotros mismos.
Con los ojos fijos en la Cruz… Es tan corto el camino, ¿no te
parece? Qué más da todo.
Si,
hermanilla, sí, démonos prisa a ser santos; estemos preparados para
cuando llegue el Esposo, tengamos encendidas nuestras lámparas… No
nos ocupemos de más…
La
ermita que yo le preparo a Jesús, no sé qué tal será, pero te
aseguro que es con un amor impaciente… ¡Cuánto tarda en llegar mi
Jesús…! Qué larga es la espera… Pero, qué dulce es el esperar
al que ama de veras ¿Verdad?
Qué
consuelo tan grande, Señor, cuánto te quiero, y cuánto me quieres
Tú… Qué vergüenza el temor a todo lo que represente sacrificio,
cuando Tú, Señor, viniste al mundo desnudo, con frío, desamparado
y perseguido; qué vergüenza… Y yo, en cambio… Cuánto te
quiero, Señor, estas Navidades no sabré qué decirte, no podré…
Tendré que callarme.
Hermanilla,
¿de veras que le vamos a recibir bien? Mira, es capaz de venir
solamente por nosotros, de tanto que nos quiere… Qué bueno es
Jesús… Qué pena, el mundo no lo sabe. ¿Vamos a poner nosotros
todo el amor que el mundo no le tiene?… Vamos a pedírselo así a
María… Vamos a ayudar a la Virgen en el Portalico…
¡Ah!,
hermanilla, cuántas cosas podemos hacer, qué sosos somos, qué
pobrecillos… Qué ansias tan grandes para lo pequeños que somos…
Dios…, Jesús, María, ¿sabemos lo que decimos?…, no. Tenemos
una idea solamente, ni amar un poco sabemos. Qué pobrecillos somos.
Imagen de http://rafaelarnaiz.blogspot.com.es/2009_11_01_archive.html |
Jesús
pequeño…, Jesús Niño, ¡Cuánto te quiero! Permíteme estar
estas Navidades arrimado a una esquinita del Portal. Allí, callado,
sin ruido ni de zambombas ni panderetas; cantándote unos villancicos
muy dulces y muy tiernos dentro de mi pobre corazón lleno de llagas
y de miserias…, ,pero Tú lo vas a arreglar en este tiempo de
Adviento… Ya verás, Jesús, qué bueno voy a ser…, ,sin que el
mundo se entere, te voy a querer mucho más….
Quisiera
quitarte los guijarros y el barro que han de pisar tus divinos pies…
Quisiera hallaras en mí lo que no hallas en medio de los hombres que
te ofenden, con sus pecados, que no te conocen…, que los llamas y
no te oyen… Quisiera que el Portal fuese mi corazón… Qué
locura, Señor, perdóname… Déjame solamente estar en un
rinconcito…, pues no sé lo que me digo, no sé lo que te pido…
¡Quisiera amarte tanto!"