Hagamos como nuestra Teresita: nunca alejemos nuestra alma de la mirada de Jesús, que nos sana, nos reconstruye, nos trae la paz.
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1 de octubre SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS |
Ella, tan unida a Jesús, nos enseñe a tener esa disposición, como también nos enseña San Juan de la Cruz en su Cántico Espiritual, en las estrofas 23 y 24:
Cuando tú me mirabas, su gracia en mí tus ojos imprimían, por eso me adamabas, y en eso merecían los míos adorar lo que en ti vían.
No quieras despreciarme, que, si color moreno en mí hallaste, ya bien puedes mirarme después que me miraste, que gracia y hermosura en mí dejaste.
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